Gobierno y opositores inician diálogo con mediación vaticana

 

Venezuela, 31 Oct. — El gobierno y algunos miembros de la dividida oposición de Venezuela concluyeron la madrugada del lunes un primer intento de diálogo para desactivar la crisis política en el país, tres días antes de una protesta convocada para exigir la salida del presidente Nicolás Maduro.

Las conversaciones terminaron con un acuerdo para bajar el tono a la encendida retórica de los últimos días e instalar cuatro mesas de trabajo sobre temas que van desde los derechos humanos a la economía. Los diálogos serán mediados por un enviado del Vaticano y los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero, de España; Martín Torrijos, de Panamá, y Leonel Fernández, de República Dominicana.

También se convino un nuevo encuentro el próximo 11 de noviembre.

Los diálogos están signados por la desconfianza. Muchos de los adversarios del mandatario temen que podría ser una táctica dilatoria con el propósito de aliviar las presiones sobre el gobernante, cuya popularidad está muy mellada debido a la elevada inflación y la escasez de alimentos y otros artículos básicos.

Al menos la mitad de los miembros de la Mesa de la Unidad Democrática, que agrupa a una treintena de partidos y organizaciones de oposición, boicotearon la sesión bajo el argumento de que no están dispuestos a sentarse en la mesa con el gobierno mientras éste no ponga en libertad a varios activistas opositores recluidos ni revierta su decisión de cancelar un referendo revocatorio del mandato de Maduro tal como lo autoriza la constitución.

«Para un eventual diálogo debe quedar muy claro desde el inicio que se trata de acordar los términos para la transición democrática en lo que resta del año 2016», afirmaron en un comunicado.

El inicio del diálogo tiene lugar en momentos en que la oposición ha intensificado su campaña para obligar a Maduro a que abandone la presidencia.

La semana pasada, los opositores reunieron a decenas de miles de simpatizantes en todo el país y convocaron a una nueva protesta para el jueves en la que marcharán hasta el palacio presidencial.

Las autoridades han impedido a los adversarios del gobierno acercarse al palacio desde el golpe de Estado de 2002, cuando fue depuesto brevemente el entonces presidente Hugo Chávez.

A su vez la Asamblea Nacional, controlada por la oposición por primera vez en 17 años, ha emprendido un juicio político contra Maduro al que acusa de negligencia en sus deberes constitucionales. Pero el proceso es meramente simbólico porque la instancia legislativa carece de la facultad para destituir al presidente, de acuerdo con la constitución.

Aunque Maduro ha advertido que arrestará a los legisladores que insistan en proseguir el juicio político, el mandatario manifestó su compromiso con el diálogo con la oposición.

Maduro dijo que las conversaciones representan una oportunidad para desarmar la intolerancia y abrirle camino al amor entre los venezolanos.

El gobierno y la oposición habían intentado dialogar tras ola de agitación política que dejó decenas de muertos en 2014. Aquellas sesiones apaciguaron la agitación en las calles pero no significaron avances importantes en los temas que dividen a los venezolanos.

El arzobispo Claudio Maria Celli, enviado del Vaticano, elogió el inicio de la más reciente ronda de diálogos al que calificó de «muy positivo».

El clérigo exhortó a ambas partes a que hagan concesiones para evitar el fracaso de las conversaciones, como sucedió en los intentos previos.

«A los comienzos de este camino les pido en nombre del papa Francisco que se lleguen a concordar para dar credibilidad a este proceso algunos gestos concretos que destaquen la buena voluntad de ambas partes», declaró Celli, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales.

Jesús Torrealba, que asistió a la reunión como jefe de la Mesa de la Unidad Democrática, dijo que la paciencia de la oposición es limitada y destacó que si no son liberados los presos políticos en los próximos días el diálogo podría interrumpirse.

«Estamos aquí para reclamar hechos concretos que permitan ir más allá de las palabras», indicó. / AP