Internacional, 3 Sep. (TÉLAM) — Un guardia turco observa a un niño sirio muerto en las costas de su país tras el naufragio de dos barcos llenos de refugiados que pugnaban por alcanzar territorio europeo. La imagen de una tragedia que avergüenza a Europa.
El naufragio de dos barcos llenos de náufragos sirios que habían salido de la localidad turca de Bodrum con destino a la isla griega de Kos, puerta de entrada de la Unión Europea, sumó un nuevo capítulo dramático a la crisis migratoria por la que está atravesando la Unión Europea. Los guardacostas turcos fueron alertados por los gritos de los pasajeros de los barcos y pudieron rescatar los cuerpos de 12 personas, entre ellos el de un niño pequeño que yacía en la playa boca abajo. En el naufragio murieron cinco menores y siete adultos, mientras que 15 personas pudieron ser rescatadas.
La imagen del guardacostas turco con el niño muerto boca abajo en la playa se convirtió rápidamente en la imagen del drama de Kos desplazados y en la tragedia que Europa tiene en su territorio y sobre la que no alcanza a dar una respuesta que no sea el impiadoso cierre de sus fronteras.