Quito, 24 Mayo — El presidente Rafael Correa dijo el martes que su principal objetivo en su último año de trabajo será administrar la crisis causada por el terremoto del 16 de abril y los problemas económicos previos, para lo cual reducirá el tamaño del estado y venderá o abrirá al capital privado empresas públicas como Tame y el banco del Pacífico.
En un discurso en la Asamblea Nacional (congreso), el mandatario destacó que «seremos aún mejor gobierno en las dificultades».
La economía sufrió los impactos del terremoto de 7,8 grados de magnitud del 16 de abril, que dejó 663 muertos y miles de ciudadanos sin casas ni bienes, la sostenida reducción del precio del petróleo, principal producto de exportación que está en un precio promedio de 28 dólares, cuando se esperaba un precio de 35 dólares, y a la revalorización del dólar en el mercado internacional que restó competitividad a las exportaciones nacionales. Ecuador usa el dólar como moneda propia desde el 2000.
Para hacer frente a los problemas, Correa dijo que ha reducido un 10% los sueldos con cargos públicos directivos, suspendido la compra de vehículos, pasajes y pago de viáticos, y recortado «6.000 millones del presupuesto del estado en programas de inversión», al que calificó como «el ajuste más fuerte de toda América Latina».
Destacó que esas decisiones están dando resultados: el déficit de la balanza comercial a marzo de este año está en 63 millones de dólares, comparado con la del año pasado, de 917 millones. La reserva monetaria se mantiene estable en 2.400 millones.
Correa aseveró que se han reducido «las entidades del gobierno central en un tercio, desde enero del 2015, hemos eliminado 14 entidades públicas, y transformado 12… en los próximos días procederemos a eliminar 6 instituciones más y se eliminarán 12 viceministerios».
También anunció que «se venderán o abrirán a capital privado empresas públicas como Tame (empresa de aviación), la cementera del estado, y Fabrec (fábrica de uniformes), de igual manera se ha iniciado proceso de optimización de embajadas».
El presidente además dijo que se venderán empresas de propiedad del estado como el Banco del Pacífico y continúan a la venta los medios de comunicación incautados y «trataremos de vender una gran hidroeléctrica, específicamente Sopladora, lo cual a todos nos duele, no nos gusta hacerlo, pero debemos entender que hemos recibido un terremoto de casi 8 grados».
Añadió que «en las actuales circunstancias es inevitable», adoptar esas medidas.
Tras intervenciones del vicepresidente Jorge Glas, Correa volvió a tomar la palabra y advirtió que «hasta entregar el gobierno va a ser un año muy duro, en lo humano, en lo económico, en lo político, en lo internacional».
Señaló que la oposición «tratará de aprovechar las dificultades económicas y (habrá) una arremetida feroz de la derecha internacional para volver al poder».
Anunció que «pasado un tiempo prudencial… enviaré nuevamente los proyectos a la asamblea» de leyes para imponer nuevos impuestos a la plusvalía y las herencias de los ecuatorianos. Un proyecto desencadenó multitudinarias protestas el año pasado.
Correa llegó al poder en enero del 2007 al frente de un proyecto que se alinea con el socialismo del siglo 21 y en mayo del próximo año, debe entregar el mando a su sucesor.
AP