México, 2 jul. — El izquierdista Andrés Manuel López Obrador logró una arrolladora victoria en las elecciones presidenciales de México, pero llamó en la madrugada del lunes a la reconciliación del país y buscó alejar los temores sobre cambios radicales en la segunda mayor economía latinoamericana.
Con sus promesas de acabar con la extendida violencia, la arraigada corrupción y desigualdad que azotan al país, el político de 64 años se impuso sobre su más cercano rival por casi 30 puntos porcentuales, según cifras del Instituto Nacional Electoral (INE).
“Llamo a todos los mexicanos a la reconciliación y a poner por encima de los intereses personales, por legítimos que sean, el interés superior, el interés general (…) la patria es primero”, dijo López Obrador, conocido por su acrónimo AMLO, en un hotel capitalino que fungió como búnker de campaña.
Capitalizando el descontento con los partidos tradicionales, el líder izquierdista triunfó con promesas de sacudir el statu quo acabando con la corrupción, la violencia del crimen organizado y la desigualdad que han acosado a México por años.
Con el 44.8 por ciento de las actas escrutadas, López Obrador obtenía 53.68 por ciento de los votos. Ricardo Anaya, de una coalición encabezada por el derechista PAN y el izquierdista PRD conseguía el 22.67 por ciento y el candidato del oficialista PRI, José Antonio Meade, un 15.28 por ciento.
Ante miles de seguidores en la emblemática plaza de El Zócalo, en Ciudad de México, AMLO dijo que el martes se reunirá con el saliente mandatario, Enrique Peña Nieto, para preparar la transición que culminará el 1 de diciembre cuando asuma como el presidente electo de mayor edad en la historia de México.
“La transición va a ser ordenada para que se mantenga la estabilidad económica y financiera, para que no haya sobresaltos”, dijo antes de repetir el “sí se pudo” que corearon sus emocionados simpatizantes.
Varios presidentes de Latinoamérica saludaron a AMLO por su triunfo e hicieron votos por renovar los vínculos de cooperación con México.
BUSCANDO LA CALMA
López Obrador es ampliamente considerado como el presidente electo más izquierdista en México desde que Lázaro Cárdenas gobernó entre 1934 y 1940 implementando una reforma agraria y nacionalizando las industrias petrolera y ferroviaria.
Al igual que Cárdenas, uno de sus paladines, AMLO planea ayudar a los agricultores pobres con subsidios, aunque el lunes dijo que no expropiará la propiedad privada, que mantendrá la disciplina fiscal y respetará la autonomía del banco central.
Sin embargo, insistió en su promesa de revisar millonarios contratos energéticos por sospechas de corrupción, algo que ha inquietado a los mercados, y aseguró que si hallaban anomalías “siempre nos conduciremos por la vía legal”.
Los inversionistas estarán mirando de cerca la conformación del nuevo Congreso, donde los primeros resultados le daban la mayoría de asientos a la alianza encabezada por su partido Morena, lo que le permitiría impulsar reformas sin negociar con la oposición.
“Todavía tiene que construir un plan claro e incluso reunir un equipo completo durante el período de transición de cinco meses, que probablemente será un proceso desorganizado y volátil”, dijo la consultora Eurasia en una nota a clientes en la que advirtió que será complicado conciliar sus planes de mayor gasto social con las medidas de austeridad.
Enviando un mensaje al sector privado, dijo que nombrará al empresario Alfonso Romo -de tendencia moderada- como su jefe de gabinete y que manejará la transición económica y financiera junto a su futuro secretario de Hacienda, Carlos Urzúa.
El peso, una de las monedas emergentes más transadas en el mundo, se depreció tras el amplio triunfo de AMLO. Ha sido muy golpeado por la fortaleza del dólar, los vaivenes de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la incertidumbre por los comicios.
López Obrador ha dicho que si no se extiende el vital acuerdo comercial, vigente desde 1994, tampoco sería “fatal” para México, aunque aboga por mantenerlo.
Aunque algunos creen que sus posturas nacionalistas podrían chocar con las de Donald Trump, el presidente de Estados Unidos lo felicitó la noche del domingo y dijo que espera “con ansias” trabajar con él en beneficio de ambas naciones, que comparten una extensa frontera por donde cruzan migrantes y drogas.
“BENEFICIO DE LA DUDA”
Nacido en el estado petrolero de Tabasco en 1953, AMLO se posicionó hacia la presidencia tras gobernar la populosa Ciudad de México entre 2000 y 2005, cuando aplicó una serie de programas sociales que le permitieron granjear simpatías.
En 2006 se postuló a la presidencia del país por primera vez pero perdió por estrecho margen, clamó fraude y protestó cerrando una céntrica avenida de la capital, lo que minó su popularidad. Muchos creyeron que sería su ruina política.
Pero empezó un periplo por los poblados más remotos y pobres del país, olvidados por la clase política tradicional durante décadas. Y, aunque volvió a perder las presidenciales de 2012, cosechó un importante caudal de votos.
Su rotunda victoria del domingo fue un duro golpe para el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), que ha gobernado México durante 77 de los últimos 89 años, y su rival, el conservador Partido Acción Nacional (PAN).
Analistas sostienen que la victoria de AMLO se basa más en el cansancio de la población frente a los partidos tradicionales que en sus propuestas para apuntalar al país, donde el 44 por ciento de sus 126 millones de habitantes son pobres y el crimen organizado y el narco han cobrado decenas de miles de vidas.
“Los votos para AMLO no son, necesariamente, reflejo de su campaña sino del hartazgo, enojo e insatisfacción que existe”, dijo Antonio Ocaranza, consultor y exportavoz del presidente Ernesto Zedillo. “Morena no ha gobernado, no ha tenido desgaste (por lo que) la gente le dio el beneficio de la duda”. / Reuters