México busca entre las ruinas tras un sismo que mató a 225

 

México, 20 Sep.  — Policías, bomberos y civiles buscaban desesperados el miércoles entre los escombros de escuelas y viviendas a sobrevivientes del sismo más letal en México en tres décadas, mientras la cifra total de muertos crecía a 225.

Para añadir angustia, el temblor de magnitud 7,1 del martes ocurrió en el 32º aniversario del de 1985, que dejó miles de fallecidos en la capital y poco después de un simulacro nacional para recordar aquel sismo.

Los esfuerzos más desesperados eran en una escuela primaria y secundaria del sur de la Ciudad de México, donde un ala del edificio de tres pisos se derrumbó dejando una montaña de concreto. En el lugar los periodistas vieron a personal de rescate sacando al menos dos pequeños cuerpos cubiertos por sábanas de entre los escombros.

A media mañana los rescatistas localizaron con vida a una niña debajo del derrumbe. Imágenes de la televisión mexicana mostraron cómo removían los restos de la escuela Enrique Rébsamen mientras conductores de Foro TV señalaron que tras localizar a la niña le gritaron que moviera su mano y así lo hizo.

Hasta el momento se han recuperado en el lugar los cuerpos de 21 niños y cuatro adultos y el presidente Enrique Peña Nieto dijo que se busca a otros 30 menores desaparecidos.

El doctor Pedro Serrano, voluntario en el lugar, logró colarse entre los huecos de la inestable pila de escombros que había sido la escuela. Llegó hasta un aula, pero encontró a todos sus ocupantes muertos.

“Logramos entrar a un salón colapsado, vimos unos sillones, una mesas de madera, y de allí lo primero que encontramos fue una pierna. De allí empezamos a mover escombros y encontramos una niña y dos adultos, una mujer y un masculino”, dijo.

“Oímos uno poco de ruido pero no sabemos si viene de arriba o abajo, de las paredes de arriba o alguien pidiendo ayuda abajo”, agregó.

Voluntarios del vecindario, policías y bomberos utilizaban perros entrenados y manos desnudas para buscar entre los escombros de la escuela. Entre una multitud de padres angustiados circulaban las noticias de que dos familias habían recibido mensajes de texto de dos niñas atrapadas en el interior, pero esto no pudo confirmarse.

Los rescatistas tuvieron que apalancar las losas de concreto caídas con vigas de madera para evitar que siguieran derrumbándose y bloquearan cualquier pequeño resquicio de aire que quedara.

El coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente, publicó el miércoles en su cuenta de Twitter una cifra revisada de 225 muertos confirmados.

Al menos 94 personas murieron en Ciudad de México, 71 en el estado de Morelos, 43 en Puebla, 12 en el estado de México que rodea la capital, cuatro en Guerrero y uno en Oaxaca.

En un mensaje de video difundido el martes por la noche, Peña Nieto hizo un llamado a la calma y dijo que las autoridades trabajaban para llevar ayuda, señalando que 40% de la Ciudad de México y 60% del cercano estado de Morelos se habían quedado sin electricidad.

En el centro del país la gente acudió para ayudar a sus vecinos cuando decenas de edificios se vinieron abajo. El jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, dijo que había 38 derrumbes sólo en la capital mexicana, después de que el temblor remeciera los rascacielos e hiciera que miles de personas salieran en pánico a las calles.

Largas filas de voluntarios pasaban restos de mano en mano en una planta textil derrumbada donde murieron varias personas. Cuando fue rescatada una persona con vida rompieron en gritos de ?¡Sí se puede!?.

Carlos Mendoza, de 30 años, ayudó a remover escombros y auxiliar en el rescate de víctimas en uno de los edificios caídos en la colonia Roma. Cubierto de polvo, dijo que llevaba tres horas trabajando y había logrado sacar a dos personas vivas del derrumbe. “Al ver esto, venimos a ayudar. Está fea, muy fea… Es muy triste, alarmante”.

Unas calles más allá, Alma González estaba en su departamento cuando el terremoto colapsó el piso más bajo de su edificio. Sus vecinos la ayudaron montando una escalera en el techo para que pudiera salir a través de una ventana.

A lo largo del día los rescatistas sacaron a personas cubiertas de polvo, algunas apenas conscientes y otras heridas de gravedad, de unas tres docenas de inmuebles derruidos. Utilizaron carros de un supermercado cercano para llevar agua a la zona de rescate y retirar escombros.

Al caer la noche se colocaron grandes focos de luz en las zonas de recuperación, pero trabajadores y voluntarios pidieron luces frontales.

En el lugar donde colapsó un edificio de oficinas de seis plantas en la capital, las hermanas Cristina y Victoria López Torres formaban parte de una cadena humana para llevar agua.

“Creo que es instinto humano lo que nos impulsa a todos a venir a ayudar a los demás”, dijo Cristina López.

“Somos jóvenes, no vivimos el 85, pero sabemos que es importante salir a la calle a ayudar”, agregó su hermana.

Ricardo Ibarra, de 48 años, sí recordaba el sismo de 1985 y dijo que no había visto nada igual hasta ahora. Vestido con un brillante chaleco naranja y cargando una mochila con una bolsa de dormir, dijo que él y sus amigos sólo querían ayudar.

También se derrumbaron edificios en el estado de Morelos, incluidos el ayuntamiento y una iglesia local en Jojutla, cerca del epicentro. Una docena de personas murió en Jojutla.

Parte de una escuela secundaria local, el Instituto Morelos, se derrumbó, pero la directora del centro, Adelina Anzures, dijo que el simulacro organizado por la mañana había venido bien. Cuando llegó el sismo, agregó Anzures, niños y profesores salieron con rapidez y nadie resultó herido.

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) reportó que el sismo registrado a las 13:14 local tuvo una magnitud de 7,1 grados y que el epicentro se ubicó cinco kilómetros al noreste de la localidad de Raboso, en el estado de Puebla. El movimiento tuvo 51 kilómetros de profundidad.

Buena parte de la Ciudad de México se alza sobre el lecho de una antigua laguna y el terreno puede amplificar los efectos de los temblores centrados a cientos de kilómetros.

El terremoto parecía no relacionado con el temblor de 8,1 grados de magnitud registrado el 7 de septiembre en el sur del país, que también se sintió en la capital mexicana y dejó 90 fallecidos. / AP