Presidente electo de Colombia enfrenta el reto de unir un país fracturado

 

Bogotá, 18 jun. — El presidente electo de Colombia, Iván Duque, enfrentará grandes desafíos cuando asuma el cargo en agosto, luego de prometer unir a un país dividido en torno a los cambios al acuerdo de paz con la desmovilizada guerrilla de las FARC y el modelo económico.

Duque, de 41 años, ganó el domingo cómodamente la segunda vuelta de la elección presidencial con el 53,98 por ciento de los votos (10,3 millones de votos) y derrotó a su rival izquierdista, Gustavo Petro, por más de 12 puntos porcentuales.

El exsenador y abogado prometió en su discurso de victoria unir al país polarizado, luchar contra la corrupción, mejorar la seguridad, la cobertura de salud y de educación para reducir la desigualdad social.

“Se trata hoy más que nunca de unir a nuestro país, de construir, porque cuando se construye y no se destruye, el futuro es de todos los colombianos”, dijo el presidente electo el domingo en la noche ante cientos de seguidores que lo aclamaban.

La elección presidencial que ganó Duque fue la primera desde la firma de un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el 2016 impulsado por el mandatario Juan Manuel Santos, quien dejará el poder en agosto tras ocho años.

Santos pasará a la historia por haber logrado el pacto para acabar en gran parte con un conflicto de más de medio siglo que ha dejado 220.000 muertos.

Duque, quien será el mandatario más joven de Colombia y tiene el apoyo del expresidente Álvaro Uribe, insiste en corregir el acuerdo de paz para exigir que los excomandantes de las FARC respondan primero ante la justicia por sus crímenes de guerra y después ocupen cargos políticos.

“La paz de Colombia es un anhelo de todos y la paz implica que pasemos la página de esa fractura donde se nos quiso dividir entre amigos y enemigos de la paz, hoy somos todos amigos de construir es paz y debe ser una paz que ante todo preserve ese deseo de permitirle a la base guerrilla su desmovilización, su desarme y su reinserción efectiva”, afirmó.

Aunque es posible que busque alianzas que le den una mayoría en el Congreso, Duque enfrentará una amplio sector parlamentario que apoya mantener el acuerdo de paz sin modificaciones, además de la Corte Constitucional. El partido político que surgió de la desmovilizada guerrilla, la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, tendrá 10 escaños en el Congreso.

“Creo que va a tener más dificultades para aprobar reformas al acuerdo de paz de lo que hubieran pensado sus partidarios, debido a la Corte Constitucional”, dijo Sergio Guzmán, analista principal de Control Risks para Colombia. Duque haría bien en incluir en su gabinete a dirigentes de partidos de centro si quiere unir al país, sostuvo Guzmán.

MERCADOS E INVERSORES TRANQUILOS

Es probable que el presidente revele los nombres de algunos de sus ministros esta semana.

Duque ha prometido impulsar la economía con un Producto Interno Bruto valorado en 324.000 millones de dólares, que según el Gobierno crecerá un 2,7 por ciento este año a través de reducciones de impuestos a las empresas y un apoyo a las industrias extractivas del petróleo y el carbón, los principales productos generadores de recursos por exportaciones.

“Desde un punto de vista económico, la victoria de Duque es tranquilizadora. Creo que crea un panorama positivo para la economía colombiana, aunque habrá muchos desafíos en los próximos meses”, dijo Carlos Sepúlveda, decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario.

Se espera que la reacción del mercado a la victoria de Duque sea moderada ya que los inversores apoyan en gran medida sus políticas económicas para el país de 50 millones de habitantes.

Aun así, algunos han expresado su preocupación de que los recortes de impuestos propuestos en la campaña puedan empeorar la situación fiscal.

Duque tendrá que impulsar cambios fiscales impopulares, incluida una revisión de las pensiones, clave para preservar el grado de inversión de Colombia.

El presidente electo prometió en su campaña mano dura contra las bandas criminales dedicadas al narcotráfico, las disidencias de las FARC y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), responsable de frecuentes ataques contra los oleoductos del país.

Solo 19,2 millones de electores, algo más de la mitad de los votantes habilitados, participaron en la votación del domingo.

Aunque perdió, Petro -un exalcalde de Bogotá que militó en la desmovilizada guerrilla del M-19- alcanzó la mayor votación de la izquierda en la historia del país con más de ocho millones de sufragios, y quedó como un opción fuerte para la elección presidencial del 2022, de acuerdo con analistas.

Durante décadas, la izquierda dividida no ha podido acercarse a ganar la presidencia ni ejercer control en el Congreso, eclipsada por los rivales de derecha que han centrado sus propuestas electorales en políticas de seguridad y de libre mercado.

A pesar de la derrota, el interés de los jóvenes electores por temas como la desigualdad, la corrupción, la inversión social y un cambio para acabar la vieja clase política, podrían abrir una oportunidad para la izquierda, posiblemente en 2022.

Petro un economista de 58 años, ganó a lo largo de la costa del Pacífico, la región más pobre de Colombia y escenario de violentas confrontaciones entre disidentes de las FARC, la guerrilla del ELN y bandas criminales por el control del lucrativo negocio del narcotráfico.

“Si Duque no logra poner en marcha sus promesas y no se comienzan a ver resultados concretos, si no procura buscar lazos de reconciliación, el evento de que la izquierda gane podría darse en 2022”, dijo Andrés Pardo, director ejecutivo del holding de inversiones Corficolombiana. / Reuters