El emblemático origen de la Luna

 

Nueva York, 16 Sep. —  La Luna es una «costilla» de la Tierra, arrancada de forma violenta, de acuerdo a una investigación realizada por la Universidad estadounidense de Harvard.

La confirmación definitiva llegó tras exhaustivos análisis químicos, que acaban de ser publicados en la revista Nature por un grupo de científicos coordinados por Kun Wang, de la Universidad de Harvard.

Los análisis muestran que la Tierra y la Luna tiene una composición idéntica, y en consecuencia ésta última habría nacido de la concentración de polvo de la Tierra, producto del impacto de un asteroide que pulverizó y vaporizó parte de nuestro planeta.

«Nuestros resultados proporcionan la primera prueba concreta de que el impacto hizo literalmente vaporizar gran parte de la Tierra», dijo Wang.

Los investigadores examinaron siete muestras de rocas lunares traídas a la Tierra por diferentes misiones del programa norteamericano Apollo, y compararon los resultados con los análisis de ocho rocas terrestres que se formaron en el manto terrestre (capa de la Tierra que se encuentra entre la corteza y el núcleo, y que supone aproximadamente el 87% del volumen del planeta). El manto terrestre se extiende desde cerca de 33 kilómetros de profundidad (o alrededor de 8 kilómetros en las zonas oceánicas).

Los análisis, que son 10 veces más precisos que los métodos precedentes, según explicaron los expertos, mostraron que todas estas rocas tienen las mismas «huellas digitales», es decir, los mismos elementos químicos.

Al mismo tiempo, en las rocas lunares se encontró una forma muy pesada de potasio, que podría haber surgido sólo a muy altas temperaturas, como las que vaporizaron parte del manto de la Tierra.

Según los autores del estudio científico, la colisión habría vaporizado y pulverizado gran parte de la Tierra, que entonces estaba en formación, como le ocurre a una sandía duramente golpeada con un martillo.

El estudio contradice la hipótesis que hasta ahora prevalecía sobre el origen de la Luna, según la cual nuestro satélite habría nacido de la fusión de los materiales tanto de la Tierra como de otros asteroides.

Este modelo, explicaron los autores, comenzaron a ser puestos en duda en 2001, cuando se descubrió que muchas rocas terrestres y lunares tenían elementos idénticos.

 ANSA