La Paz, 13 abr — Según informó el embajador en Países Bajos, Roberto Calzadilla, “Bolivia ha sustentado su defensa en la ciencia, demostrando que el Silala es un curso de agua internacional cuyo flujo superficial ha sido artificialmente mejorado. Reiteramos ante la corte que no se debe soslayar, en la definición de la naturaleza de las aguas del Silala, el impacto de la canalización artificial”. Por otro lado, se enfatizó en que Chile admitió que debe compensar económicamente por su uso y aprovechamiento de las aguas.
El equipo de abogados representante de Bolivia hizo cuatro puntualizaciones: calificó de impertinente la mención sobre el río Lauca, y aclaró que este también fue canalizado y desviado unilateralmente por Chile; destacó que en 2008 Chile reconoció que cualquier acuerdo sobre el uso de las aguas del Silala debe generar beneficios económicos a favor de Bolivia; dejó claro de que la deuda histórica por el uso pasado de las aguas es un tema pendiente a ser resuelto entre la empresa FCAB y la gobernación de Potosí; y dejó constancia de que la propuesta de Chile de 2019 era unilateral y no contemplaba los derechos ni intereses de Bolivia.
La postura del equipo boliviano, en esta jornada de alegatos de contrademanda –mañana Chile cerrará la primera fase de esta disputa– fue que la CIJ debe rechazar las demandas chilenas y declarar que: Bolivia tiene derecho a un uso equitativo y razonable de las aguas del Silala en virtud de las reglas del derecho internacional consuetudinario; Bolivia no incumplió ninguna obligación con Chile respecto al Silala; Chile tiene la obligación de tomar todas las medidas apropiadas para evitar que se cause un daño transfronterizo significativo en el Silala.
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