Brasilia, 18 abr. — Brasil necesita hoy del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde el 7 de abril de 2018 por supuestos actos de corrupción, para hacer frente a los pavores que sacuden diariamente al país.
Así lo afirmó el relator de las Naciones Unidas Paulo Sérgio Pinheiro, quien fungió como secretario de Estado de Derechos Humanos durante el Gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2003).
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‘No hay un día en que no me recuerde el dolor, la vergüenza, el escándalo en Brasil y en el mundo de estar encerrado en una sala de 15 metros cuadrados en Curitiba, mientras todo el país y nosotros necesitamos tanto de ti para hacer frente a los horrores de la coyuntura del día a día’, escribió Pinheiro en una carta enviada a Lula, su amigo de larga data, citada por el portal Brasil 247.
En la misiva, el reconocido académico recuerda que la condena, prisión e interdicción del fundador del Partido de los Trabajadores (PT) no fue ‘solo un golpe’ contra el exdirigente obrero o su organización política.
‘Esos beneficios asegurados para los millones pobres y en pobreza extrema se percibieron como amenazas a la jerarquía, a la desigualdad, al racismo, que aseguran la continuidad autoritaria en la democracia’, señala.
Asegura que ‘tenemos conciencia que no fue solo un golpe, con la participación encubierta de su principal verdugo en entendimiento y en plena campaña con el futuro candidato presidencial, que lo premia con un ministerio’.
Pinheiro reitera que el encarcelamiento de Lula ‘no fue un golpe contra un partido o un programa ideológico, sino que pretendía revertir las ganancias por la mayoría más pobre de la población que usted tanto promovió en sus gobiernos’.
El relator de la ONU vaticina que la injusticia perpetrada contra el exgobernante ‘vendrá a ser reparada. Pero por más dolorosa que sea para ti esa prisión, la gran dignidad que cada día usted demuestra, en especial en los momentos de gran dolor como fue recientemente, es una referencia para Brasil’.
‘Por más indigno que sea el comportamiento de los jueces que lo atormentan, su conducta irreprochable sirve como gran ejemplo e inspiración para la sociedad brasileña, para la defensa de la democracia y de la constitucionalidad’, concluye el abogado y profesor retirado.
Lula permanece preso en la sede de la Policía Federal de Curitiba, sureño estado de Paraná, tras recibir una sanción de 12 años y un mes impuesta por el Tribunal Regional Federal de la cuarta región (TRF-4) por presuntos hechos de corrupción.
El expresidente fue objeto en febrero de una segunda condena en la operación anticorrupción Lava Jato, esta vez a 12 años y 11 meses.
PL