FEJUVE: Medio Siglo de lucha inclaudicable desde la ciudad de El Alto

La Federación de Juntas Vecinales de El Alto fue fundada el 8 de diciembre de 1966.

 

*Por: José Luis Choque C.

El Alto, 8 Dic. – La Federación de Juntas Vecinales (FEJUVE) de El Alto celebra, este 8 de diciembre, 50 años de vida institucional con una proclama de unidad del sector y ratificándose como una organización social con ejemplo de permanentes propuestas que emanan de sus bases de manera democrática.

Desde hace 50 años la Federación de Juntas Vecinales de El Alto se ha encaminado a convertirse  en el centro de elaboración de estrategias de lucha social y política de los sectores populares,  una organización civil que representa a la ciudadanía para poder dar conocer a las autoridades y al gobierno las demandas exigentes desde el corazón de los más de mil barrios alteños.

La FEJUVE se convierte en el referente más importante de la lucha de los vecinos alteños y un actor clave para la estabilidad política y la transformación social boliviana.

En un singular y significativo acto desarrollado en su histórico auditorio, ubicado en la planta baja de la sede de la organización vecinal, ahí en la calle 1 de la avenida 6 de Marzo, la FEJUVE de El Alto ha ratificado que es uno de los más fuertes movimientos sociales de Bolivia, portador de reivindicaciones nacionales y estatales que lo ha llevado a plantearse el lograr alcanzar sus demandas que apuntan hacia la estructuración de un nuevo sistema político y un nuevo régimen socio-económico en el país, respaldado por sus valerosas luchas reivindicatorias.

Sandro Ramírez, presidente de la Federación de Juntas Vecinales, aseguró que el recientemente elegido directorio que encabeza es contestatario a los tres niveles de gobierno (local, departamental y nacional) con el fin de lograr la atención necesaria para los residentes de la urbe. “La Federación de Juntas Vecinales de la ciudad de El Alto como institución decana del civismo, es la institución de mayor representatividad dentro del departamento de La Paz y reconocido a nivel nacional e internacional, por sus luchas reivindicatorias”, afirma.

        La dirigencia de la FEJUVE El Alto (2016 – 2018)                                   Sandro Ramírez, presidente de FEJUVE (de plomo)

El joven dirigente vecinal alteño añade que, al celebrar los 50 años de vida orgánica de la institución más combativa del país, “los habitantes de la ciudad de El Alto tuvieron una notable participación en la historia política de Bolivia. Es inolvidable para el pueblo alteño las Jornadas de Octubre de 2003 cuando la ciudad de El Alto entregó alma, vida y corazón para defender los recursos naturales de Bolivia ante el gobierno neoliberal de Gonzalo Sánchez de Lozada”.

Ahondando, podemos referir a una publicación cuya autoría corresponde al vicepresidente Álvaro García Linera, en un artículo titulado ‘Movimientos sociales indígenas y populares’, quien señala que –en cuanto a su capacidad de movilización y acción política- en términos exclusivamente organizacionales “estos movimientos sociales (FEJUVE) se asientan en que han creado mecanismos de protesta, movilización, participación, de adhesión y filiación colectiva a escala regional flexibles que se adecuan a la nueva conformación híbrida y porosa de las clases e identidades sociales en Bolivia. Pero los actuales movimientos sociales no son solo actividades de protesta y reivindicación; por sobre todo son estructuras de acción política”.

Ya desde la década del 50, en medio del período del MNR, espontáneamente y por intereses netamente barriales, se comienzan a organizar los vecinos de diferentes sectores y aparecen las Federaciones de Juntas de Vecinos (FEJUVE) en La Paz.

El Alto es una ciudad ubicada a unos quince minutos de la ciudad sede de gobierno (La Paz), situada sobre los 4.000 metros sobre el nivel del mar en el altiplano. Posee el rango de ciudad desde hace 31 años, pero empezó a poblarse hace más de 60, cuando pobladores de diferentes zonas del país migraban a las ciudades escapando de las sequías, cierre de minas, falta de oportunidades, etc.  El Alto es ahora una ciudad con cerca de un millón de habitantes, donde más del 80 por ciento son indígenas y de idioma aymara. Es así que en 1966 se crea la FEJUVE de  El Alto, hoy la federación de vecinos con mayor prestigio y fuerza en Bolivia, un movimiento social ha cumplido un rol fundamental en los cambios e hitos de la vida política de Bolivia.

Fueron el canciller del Estado Plurinacional, David Choquehuanca, el ministro Cesar Cocarico, la concejal Nancy Mamani, entre otras autoridades, los que –durante el acto especial en homenaje a los 50 años- coincidieron que en la actualidad la FEJUVE El Alto es una de las organizaciones que juega un rol primordial en las movilizaciones que determinan y determinaron los acontecimientos políticos en nuestro país.

Si nos ocupamos en describir los retos que se traza siempre la FEJUVE alteña, destacando que la diversidad de este movimiento es la expresión de un país, es que esta articulación no es espontánea sino más bien estratégica, en busca de conquistar derechos y consagrar sus demandas en instituciones.

La Federación de Juntas Vecinales de El Alto es la asociación de las asociaciones barriales urbanas de una ciudad (El Alto). Formada en 1966 cuando El Alto era apenas una aglomeración de barrios semi-urbanos, FEJUVE agrupa a la mayoría de los casi un millón de vecinos, predominantemente indígenas (80%) y de reciente migración rural que hoy viven en la ciudad, teniendo como células a las juntas de vecinos, que son el único “seguro social” autónomo con el que cuentan los migrantes para construir sus viviendas, empedrar sus calles, instalar servicios básicos o regular la seguridad ciudadana.

Por convicción,  la  participación  activa  de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto en  el  proceso  de cambio  en  Bolivia  garantiza  la  continuidad  de  este  proyecto  político  en los próximos años. Los desafíos para el gobierno son cumplir las promesas de redistribución, creación de empleo, construcción de un Estado más democrático y, especialmente, la industrialización de los recursos naturales del país.

Una mirada a la historia

La Federación de Juntas Vecinales de El Alto fue fundada el 8 de diciembre de 1966, con personería Jurídica reconocida mediante Resolución Suprema No. 200097 de 28 de julio de 1985.

El 23 de octubre de 1548, Alonso de Mendoza, llegaba desde Laja e hizo un alto al borde de la planicie que actualmente constituye la ciudad de El Alto. Desde, donde actualmente es La Ceja, pudo apreciar con su vista panorámica el valle de Chuquiago Marka, donde se establecería Nuestra Señora de La Paz. La llegada de los conquistadores españoles a la actual ciudad de El Alto, convirtió en una de las vías principales para la circulación de la inmigración hacia Chuquiago. Los españoles, desde Chuquiago, al ver las alturas de la serranía y la altiplanicie cercana al valle de donde descendieron, la llamaron «Alto Nuestra Señora de La Paz».

El primer denominativo que tuvo el territorio actual de El Alto fue “Altu Pata” en aimara.  Aunque en el léxico aymara, lo correcto sería «Alay Pata» (tierra de arriba).

En 1810 ya existían en el sector algunas casas que se convirtieron en lugares de hospedaje a los comerciantes que transitaban entre Lima, Cusco, Potosí y Sucre. Durante el cerco a La Paz los aliados de Túpak Catari construyeron refugios temporales desde donde controlaban el cerco que habían establecido. Tras la revolución de 1809 la cabeza de Pedro Domingo Murillo fue expuesta en el lugar por entonces denominado Altos de Nuestra Señora de La Paz o Alto Pata.

Estando ya en el siglo XIX, y una vez creada Bolivia, las tierras de los ayllus fueron afectadas por acciones de algunos mandatarios de la República. Las más claras fueron las del gobierno de Mariano Melgarejo (1866 y 1868), seguidas por la ley de Exvinculación, que atacaron y despojaron las tierras de los ayllus indígenas, dando paso a adquisición de tierras y creación de latifundios.

Primeras organizaciones vecinales

En 1947, el ciudadano Manuel Chávez organizó la junta vecinal de Alto Lima, en la parte norte. Poco después se fundaron la de Villa Ballivián y la de 16 de Julio. El 3 de julio de 1957 se crea la Subfederación y Consejo Central de Vecinos, representando a más de 45.000 vecinos en 7 juntas vecinales; hecho que le dio legitimidad a la transformación de una Federación de Juntas Vecinales de la ciudad de El Alto.

Al inicio del siglo XX, los ayllus y estancias que conformaban El Alto eran: Cupilupaca, Checalupaca, Chinchalla y Pucarani. En algunos casos, los nombres de los ayllus se mantuvieron en el tiempo hasta en las haciendas. Por ejemplo, la estancia Collpani del ayllu Pucarani y la estancia Yunguyo del ayllu Chinchalla, todas en El Alto.

Las haciendas localizadas en El Alto, a su vez, fueron: Villandrani, Hichucirca (Jichu-Circa), Tacachira, Ocomisto (Hoko-Misto), Alpacoma, Seq’e, Milluni, Ingenio, Yunguyo, Mercedarios y San Roque. Todas estas haciendas prácticamente se dedicaban a la producción agrícola y ganadera.

El asentamiento de los inmigrantes en su mayoría de las comunidades rurales, forman las primeras urbanizaciones en El Alto. Las tierras pertenecían a unos cuantos hacendados entre ellos se menciona a Julio Téllez, Jorge Rodríguez Balanza, Adrián Castillo Nava, Raúl Jordán Velasco, Francisco Loza y la familia Zalles. Tal  el caso de la zona Adrian Castillo Nava, que adquirió el nombre de su hacendado.

Las causas que impulsaron a que se inicie las gestiones de urbanizar las tierras de los hacendados en El Alto, fueron quizás las instalaciones de empresas, escuelas y pequeñas industrias. Entre ellos, la Empresa de Navegación del Lago Titicaca (1912), el Ferrocarril La Paz-Guaqui (en lo que es la actualidad es la Ceja), la Escuela de Aviación (1923), las oficinas del Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) (1925), el Golf Club de la familia Ormachea (1925) y los galpones de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) en 1936.

A partir de 1940, los hacendados empezaron a  lotear sus tierras  y al mismo tiempo formar urbanizaciones. El primer hacendado que vendió sus tierras fue el señor Julio Téllez Reyes. Después esa zona se llamaría «Urbanización Villa Dolores», creada el 14 de septiembre de 1942.

En la década de los años 50 ya existían seis zonas o villas alrededor de la Ceja. En el sur se encontraban; “Villa Dolores”, “12 de Octubre” y  “Bolívar A”.  En la parte norte, las villas: “16 de Julio”, “Villa Ballivián”, y “Alto Lima”. Los rasgos de estas villas no fueron los de una ciudad como la de La Paz, sino más bien se parecían a las comunidades campesinas.

A partir de los años 1976 a 1986, el fenómeno del crecimiento urbano fue tan notorio de El Alto que proliferaron zonas que se extendía hacia todas las secciones de El Alto.

La carretera interdepartamental hacia Oruro, fue vital para surgimiento de las urbanizaciones y zonas como Senkata, Ventilla, sobrepasando el control vehicular en esos tiempos. Lo mismo pasó con la parte norte de El Alto, donde surgen las urbanizaciones de “Alto Lima”, “Río Seco” y “Villa Ingenio” que se expandieron aceleradamente.

Este crecimiento demográfico trajo problemas muy serios en las condiciones de vida comparadas a la ciudad de La Paz. Los vecinos no tenían la calidad de vida, y servicios básicos de salud y educación, eran precarios. Muchas viviendas no contaban con electricidad, agua potable, alcantarillado, el transporte eran insuficientes.

Los vecinos alteños ante las deficientes condiciones de vida que tuvieron, decidieron organizarse y conformar una junta vecinal independiente y autónoma. El año 1979 en el Primer Congreso de Juntas de Vecinos de Bolivia, fue reconocido como FEJUVE de El Alto.

A partir de ese proceso la FEUVE El Alto, encabezó las peticiones de tener una mejor calidad de vida y movilizaciones ante las autoridades de la alcaldía de La Paz.

En 1984, entre  la FEJUVE y el Frente de Unidad y Renovación Independiente de El Alto (FURIA), conformada por ex – dirigentes  de las Juntas Vecinales, asumen la tarea de llevar adelante la autonomía administrativa y logran que el Congreso dictamine el 6 de Marzo de 1985, la creación de la Cuarta Sección de la provincia Murillo, con su capital la ciudad de El Alto, mediante la Ley No. 728 de ese año.

La medidas económicas y sociales adoptadas por el régimen de Víctor Paz Estensoro mediante el decreto supremo 21060, impulsó las migraciones de centros mineros a urbanos, y El Alto se convirtió en una fuerza de crecimiento demográfico y de expansión territorial, pese que no tener los servicios y equipamiento necesarios para dar una mejor calidad de vida a sus pobladores.

La Federación de Juntas Vecinales de la ciudad de El Alto tiene como domicilio legal la ciudad de El Alto, capital de la cuarta sección Municipal de la Provincia Murillo,  ubicadas en la Av. 6 de Marzo No. 1 Zona Bolívar “A” del Distrito Municipal 1.

Viva la FEJUVE de El Alto!!!

‘El Alto de Pie, Nunca de Rodillas’

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José Luis Choque C.

Periodista, Comunicador Social

@JLuisChoque13