La lucha contra la violencia las unió y ahora lideran la Central de Mujeres Emprendedoras

 

El Alto,  11 oct — La Central de Mujeres Productivas Emprendedoras de El Alto (Cemupe) nació como una respuesta para ayudar a las mujeres que se vieron afectadas por las consecuencias del COVID-19 y la cuarentena rígida dictada por el régimen de Jeanine Áñez, por la cual muchas perdieron su fuente laboral o fueron víctimas de violencia.

La secretaria ejecutiva de Cemupe, Julia Quispe, relató que el inicio de esa unión entre las mujeres alteñas se dio hace cuatro años atrás, tras el asesinato de una de sus compañeras a manos de su esposo, quien pretendía salir libre argumentando que había sido un accidente; sin embargo, el acusado ya era viudo por segunda vez, lo que levantó sospechas y las incentivó a organizarse para exigir que se investigue el hecho y que se haga justicia.

“Nuestro emprendimiento empezó hace más de cuatro años, con el tema de violencia, mataron a una compañera y salimos en defensa, porque la persona que la había matado iba a salir libre, en ese entonces nos presentamos como Comité de Mujeres Alteñas”, indicó.

Sin embargo, tras la llegada de la pandemia y las medidas adoptadas por el gobierno de facto, muchas mujeres perdieron su fuente laboral por la cuarentena rígida y otras fueron víctimas de violencia, por lo que decidieron conformar el Cemupe, el 21 de enero de 2021, como una respuesta a la necesidad de las mujeres alteñas que necesitan salir adelante.

Quispe aseveró que ese grupo de mujeres se fortaleció más por la lucha contra la violencia, siendo un grupo de apoyo para capacitar a las féminas en diversas áreas como repostería, arreglos en globos o flores y además con la creación de la línea de trasporte público de mujeres “Línea Lila”, capacitando a las mujeres en la conducción de vehículos.

Hasta la fecha se logró beneficiar a 170 alteñas emprendedoras en las diferentes áreas habilitadas.

Servicio de transporte femenino

Durante esta jornada se inauguró de manera oficial el servicio femenino de transporte y tiene a 20 mujeres trasportistas profesionales y con amplia experiencia, también se tiene a alrededor de 45 mujeres que sacaron su licencia y están profesionalizándose para el servicio de trasporte en minibuses y taxis.

Quispe adelantó que en las próximas semanas 380 mujeres iniciarán un nuevo curso de conducción para ser parte de Cemupe y ofrecer un transporte seguro en la ciudad de El Alto. Resaltó que ya cuentan con un NIT para extender facturas y próximamente contarán con una plataforma para ofrecer sus servicios de transporte.

Rosa Mamani, es una mujer emprendedora, quien aprendió a conducir en 2010 y ahora forma parte de la línea de trasporte femenino.

Fue su abuelo quien siempre la motivaba, argumentando que tenía todas las facultades, al igual que un hombre para hacerlo. Sin embargo, lamentó que por el tema de género sea complicado, porque existe mucho prejuicio cuando ven a una mujer al volante.

Rosa, al igual que muchas mujeres en Bolivia, fue víctima de violencia y logró salir de una cadena de intimidación y ahora apoya a muchas mujeres a que puedan salir adelante y capacitarse en aquello que más les guste.

“Es difícil recordar las cosas, pero siempre tienes que salir de todo eso, no es el fin del mundo. Justamente en esa parte estamos trabajando en el grupo, apoyándonos entre compañeras para salir adelante. La violencia no solo es agresión, sino también son los insultos, o que te quiten los documentos, que te prohíban salir, trabajar, que te quieran manipular como si fueras un objeto de casa”, aseveró.

Lamentó que día tras día la muerte o la violencia hacia las mujeres se haya hecho común.

“No es fácil levantarse, no es fácil conseguir trabajo (…), nosotras que ya tenemos experiencia, vamos a seguir apoyando a las mujeres, pedirles fuerza y valor para seguir adelante, nada es imposible, sí se puede salir adelante y romper la cadena de violencia”, indicó.

Según el reporte de la Fiscalía, de enero hasta septiembre de esta gestión, se suscitaron 25.621 casos de violencia doméstica tipificada en la “Ley 348 para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia”.

ABI