La Paz y Beijin, 16 Oct. (ABI).- El vicepresidente Álvaro García Linera destacó el viernes, durante su participación en el Foro de Desarrollo y Erradicación de la Pobreza 2015, que se realizó en Beijin, que en Bolivia se fijaron tres objetivos específicos y seis pilares fundamentales para alcanzar el desarrollo, la igualdad social y la reducción de la pobreza.
«La fundamental misión de los Estados democráticos y revolucionarios es reducir la pobreza, ampliar el bienestar y avanzar en la igualdad social de su población. En Bolivia, en los últimos nueve años, a la cabeza del presidente Evo Morales, hemos emprendido esta tarea en base a tres objetivos prácticos y seis grandes pilares estratégicos», indicó.
Según un comunicado institucional, García Linera precisó que el primer objetivo es «mantener un crecimiento sostenido en la economía».
Explicó que Bolivia, en los últimos nueve años, ha tenido un crecimiento económico promedio de 5.2% anual y que, en términos nominales, el Producto Interno Bruto (PIB) se incrementó en 250%.
El segundo objetivo que se planteó Bolivia es «lograr una estabilidad financiera e incremento del ahorro interno».
El mandatario precisó que en el caso boliviano, el monto de las reservas internacionales alcanzó el 45% del PIB y «la deuda externa llega solo al 25% del PIB, en tanto que el ahorro interno de la población alcanza al 60 % del PIB».
«Con ello la economía boliviana tiene cinco motores financieros: las ganancias del Estado, las reservas internacionales, el ahorro interno, el crédito externo y la inversión extranjera», complementó.
García Linera explicó que el tercer objetivo del Gobierno boliviano es la redistribución de la riqueza, que ha permitido reducir considerablemente la pobreza en el país sudamericano.
«En nueve años, hemos reducido la extrema pobreza en un 50%, 20% de la población boliviana ha incursionado en la clase media y la diferencia entre en 10 % más rico de los bolivianos y el 10% más pobre se ha reducido de 130 veces a 42», añadió.
Aclaró que a la redistribución de la riqueza se suma la implementación de una «política agresiva de incremento salarial» que, en nueve años, ha alcanzado el aumento del 400% del salario mínimo.
El Vicepresidente boliviano explicó que esos tres objetivos se sostienen en seis pilares estratégicos: el primero y más importante, la nacionalización y control estatal de las principales fuentes de generación de riqueza, como el gas, petróleo y electricidad.
El segundo pilar es el apoyo económico, financiero y étnico a iniciativas de la pequeña producción campesina, abandonada por mucho tiempo, además del apoyo a las microempresas, en el área urbana, «en tanto que para la inversión privada nacional y extranjera se otorga la seguridad jurídica y reglas claras y transparentes para su desarrollo», complementó.
El tercer pilar, dijo que permite reducir la pobreza e incrementar el desarrollo de la sociedad, se basa en una permanente ampliación de los mercados externos y del mercado interno.
«En los últimos nueve años se multiplicó por cuatro las exportaciones y se ha potenciado el mercado interno mediante los incrementos salariales, ya que el mercado externo tiene fluctuaciones impredecibles y no siempre acompañan al desarrollo de los países pequeños», precisó.
Mientras que el cuarto pilar lo constituye la multiplicación permanente de la inversión pública en infraestructura, vivienda, riego, salud, educación y producción.
«En los últimos nueve años, hemos multiplicado por diez la inversión pública, generando no solo condiciones de infraestructura para la producción, sino empleo, lo que deja una tasa de desempleo del 3%», indicó.
Asimismo, puntualizó que el quinto pilar es «la industrialización selectiva de las materias primas», mediante la cual Bolivia ha sido conocida como una sociedad productora, exclusivamente, de materias primas.
«En la última década hemos dado pasos sustanciales para industrializar aquel tipo de materia prima en el que se tiene ventajas comparativas en el ámbito regional e internacional: gas, litio y alimentos», subrayó.
Y el sexto pilar, indicó el Vicepresidente, es la aplicación flexible de políticas monetarias por parte del Banco Central, que -a su juicio- le permite a Bolivia «regular tasas de interés, controlar la inflación y que nos permiten apoyar la producción, un Banco Central activo, cauto, pero, a la vez, en algunos momentos, audaz, está permitiendo que Bolivia tenga este tipo de crecimiento interno».
Aseguró que «lo interesante de este modelo de desarrollo, justicia social y erradicación de la pobreza» es que no solamente ha funcionado en momentos de precios altos de las materias primas, sino también en tiempos de precios bajos.