Ciencia, 11 abr. — Científicos revelaron el miércoles (10.04.2019) lo que dijeron que es la primera imagen captada de un agujero negro, un hallazgo histórico para la ciencia que permite estudiar más a fondo los enormes monstruos celestes y es un “punto de partida” para abrir horizontes científicos hasta ahora desconocidos.
La imagen fue captada tras una campaña de observación de abril de 2017 en la que colaboraron 207 investigadores, de 58 instituciones de 18 países, unidos en el proyecto Event Horizon Telescope (EHT) que procesó la información recogida por ocho radiotelescopios en distintos lugares del mundo.
“Tómense un momento y disfrútenlo. Este es el momento que hemos esperado durante un siglo”, dijo en rueda de prensa el doctor en Física del MIT Geoffrey Crew en medio de los aplausos de científicos y asistentes a la conferencia, en la sede del Observatorio Europeo Austral en Santiago de Chile.
“Aunque sí sabíamos de su existencia, nunca habíamos visto uno. Hay que ver para creer y ahora podemos verlo”, añadió al mostrar la imagen del agujero negro en el corazón de la galaxia M87, en el cúmulo de Virgo.
El hallazgo ofrece un fuerte apoyo a la teoría de la relatividad general presentada en 1915 por el físico Albert Einstein para explicar las leyes de la gravedad y su relación con otras fuerzas de la naturaleza.
Los agujeros negros tienen una masa enorme concentrada en un tamaño muy compacto y su presencia afecta el entorno de maneras extremas, curvando el espaciotiempo y supercalentando todo el material circundante, explicaron los científicos.
El hallazgo se divulgó en conferencias de prensa simultáneas en Washington, Bruselas, Santiago, Shanghái, Taipei y Tokio.
“Hemos logrado algo que se suponía era imposible hace una generación”, destacó en Washington el astrofísico Sheperd Doeleman, del Centro de Astrofísica Harvard & Smithsonian y director de proyecto EHT.
EINSTEIN TENÍA RAZÓN
También en Washington, el astrofísico Dimitrios Psaltis de la Universidad de Arizona, científico del proyecto EHT, dijo que “el tamaño y la forma de la sombra coinciden con las predicciones precisas de la teoría general de la relatividad de Einstein”.
El agujero negro captado está a 55 millones de años luz de la Tierra y tiene una masa 6.500 millones de veces superior a la del Sol.
La imagen muestra la silueta de un círculo oscuro, el agujero negro en sí, rodeado de una aureola incandescente y asimétrica. Fue captada mediante el trabajo coordinado de ocho observatorios ya existentes en España, Hawái y Arizona en Estados Unidos; México, Chile y el Polo Sur.
A los esfuerzos se unió más tarde un centro de observación en Groenlandia y, a partir del próximo año, se sumará otro más en Arizona, dijeron los investigadores.
El EHT llegó a su hallazgo con la técnica conocida como “interferometría de línea de base muy larga” que creó un telescopio virtual del tamaño de la Tierra, capaz de observar longitudes de onda milimétricas. El gran desafío fue que los ocho observatorios apuntaran al mismo punto exacto del cielo en un momento determinado.
“Esta técnica permite al EHT alcanzar una resolución angular de 20 microarcosegundos, suficiente para leer un periódico en Nueva York desde un café en París”, señaló un texto divulgado por el observatorio ALMA, que escudriña el Universo desde el desértico norte de Chile.
El EHT, Telescopio de Horizonte de Sucesos en español, se enfocó en dos agujeros negros: el de la galaxia M87 y el Sagitario A, en el centro de la Vía Láctea pero con características más complejas que los investigadores seguirán tratando de captar.
Respecto a M87, el objetivo es lograr imágenes cada vez más nítidas.
El horizonte de sucesos del agujero, uno de los lugares más violentos del universo, es el punto de no retorno en que cualquier cosa (estrellas, planetas, gas, polvo, todas las formas de radiación electromagnética) se absorbe irremediablemente.
“Lo que vemos es luz que no puede salir de ahí y que seguirá hasta el fin del universo girando atrapada en torno al agujero negro”, explicó a Reuters la astrónoma de ALMA Violette Impellizzeri, que participó de las investigaciones.
“Estamos abriendo un nuevo capítulo en la Física. Einstein una vez más tenía razón”, añadió la científica. “Este es el límite de nuestra dimensión, es como tocar algo que está afuera. Parece ciencia ficción, pero lo estamos viendo y no podemos imaginar a dónde nos puede llevar”, añadió.
Reuters